martes, 18 de marzo de 2008

sistemas de alarmas para intrusos

Una barrera más para los amigos de lo ajeno
La elección del tipo de alarma debe basarse en el grado de seguridad que nosotros deseemos, no sólo en el precio
La revolución tecnológica que se ha venido desarrollando en España en los últimos años parece no haber hecho mella en el sector de las alarmas antirrobo, cada vez más solicitadas por los ciudadanos para su instalación en viviendas. Aunque sus ventas aumentan, los expertos reconocen que aún no se ha descubierto el sistema perfecto que asuste al ladrón y le haga detenerse antes de entrar en la vivienda que piensa desvalijar. Pese a los avances en su diseño, el funcionamiento de las alarmas antirrobo sigue invariable: suena una sirena en el exterior, el caco se ve descubierto y huye. El gran interés que las viviendas unifamiliares suscita entre los amigos de lo ajeno explica que la instalación de alarmas en este tipo de construcción se haya convertido en algo habitual. Pero los propietarios de estos inmuebles no son sus únicos usuarios. El número de alarmas en pisos ha aumentado en los últimos años de la mano del incremento de robos registrado. En los seis primeros meses del pasado año se presentaron casi 40.000 denuncias por robo en nuestro país, lo que significa un robo aproximadamente cada 7 minutos. Estos datos muestran que las precauciones básicas, como la de no bajar las persianas por completo cuando nos vamos de vacaciones y la de evitar comentar nuestras salidas, no son suficientes.
A partir de la tercera vez que una alarma salta por error del propietario y acude la policía, se paga una multa
Aunque la instalación de una alarma en un hogar no lo convierte en inexpugnable, sí garantiza al menos que poco después de que se haya producido el robo la policía acuda en su ayuda, salvo que se trate de una alarma que tan sólo emite ruido y no está conectada a ninguna central. Este es el ámbito donde se han logrado los mayores avances. Una vez que se activa la alarma, la empresa es informada a través de una central receptora; mediante un monitor se hace eco de que la alarma ha saltado y llama de inmediato a la policía. Si el robo ha tenido lugar en una empresa, la firma encargada de la instalación y venta de la alarma también llamará al dueño o encargado.

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